EL ROMANCE DEL PASTOR
Se ha enamorado el pastor
de la luna plateada
y cada noche la espera
en la puerta su cabaña.
Ella que también le quiere
a la cita nunca falla,
viene vestida de seda,
en una carroza blanca.
Son las nubes de algodón
que se deslizan con gracia,
contemplando la pareja
que se cruzan las miradas.
Cada noche ella coqueta,
en la fuentecilla clara,
sin que se entere el pastor
baja a lavarse la cara,
y se peina sus cabellos
para parecer más guapa.
Le envuelve en sus resplandores
y le acaricia la cara.
Pero su amor
es tan limpio,
que las azucenas blancas
ni ninguna florecilla
en el candor los igualan.
Y mientras el pastor duerme,
soñando ya con su amada,
ella en silencio penetra
hasta su humilde cabaña,
y con un rayo de luz
le va besando la cara.
El pastor sigue durmiendo
sobre su lecho de paja,
siendo el rey de la campiña
con
la paz ya conquistada.
Mª del Carmen Díaz Cabra.