TIERRAS DE LA MANCHA
sangre de amapolas,
verdes olivares.
Cigarra que canta
entre matorrales,
labranzas, labriegos,
pastores, gañanes,
las manos, con callos,
un corazón grande.
Chaparros, bellotas,
algunos zarzales,
barbechos que esperan
que pronto los labren.
Horizonte inmenso,
grandes soledades,
silencio sonoro
si sabe escucharse.
Mastines que guardan
fieles su rebaño,
para que descanse
tranquilo su amo.
Apriscos de ovejas,
una bella estampa,
pastor en su chozo,
sonido de flauta.
El paciente asno
con las aguaderas,
cántaros que llena
la dulce doncella.
Pequeño arroyuelo
que va dibujando
un zigzag gracioso
y va alimentando,
los pequeños lirios
que crecen al lado.
Pequeñita fuente,
que te vas secando,
no traigas nostalgias
y sigue manando.
Calor de verano,
sombreros de paja,
botijo en la sombra,
segador en calma.
Mujeres morenas,
jota castellana,
bolillos, encajes,
platos de cerámica.
Caballero andante
con su Rocinante,
sembrando locuras
enseña verdades.
Molinos de viento,
gloriosas hazañas,
el gran Don Quijote
junto a Sancho Panza,
y su Dulcinea, lengua castellana,
esplendor del mundo,
y gloria de España.
Nobleza en la sangre,
acero en la casta,
una fe muy recia
en Dios y en la patria,
esta tierra austera
se llama La Mancha.
Mª del Carmen Díaz