SONRISAS DE LUZ Y PAZ

EVANGELIO DEL DÍA. MIS ESCRITOS, MÚSICA Y POESIAS

lunes, 29 de junio de 2020

LA REINA Y SU CORTE

 LA  REINA Y SU CORTE 



EL POBRE ES NUESTRO SEÑOR

 

SERVIR ES REINAR


Era un país muy hermoso, en él siempre brillaba el sol y sus noches eran serenas y tachonadas de estrellas.

El suelo daba sus frutos y los pájaros cantaban alegres en las ramas.

                                                                               

 La naturaleza entera era un conjunto de armonía perfecta.


                                                                   

                                                                   

Este país del alma estaba gobernado por una reina cuyo nombre es CARIDAD                                     REINA

Soy la Reina de un país

que se encuentra en lo interior,

toda la persona abarca,

su centro es el corazón.

 

En él he puesto mi trono

en él quiero yo reinar

y con mi cetro de amor

en él quiero gobernar.

 

Tengo damas en mi corte

que son para mí un honor

ellas hacen que mi reino

sea de bondad y de amor.

  

EDUCACIÓN

La primera de estas damas

es su nombre Educación

su cortesía cautiva

a todos el corazón.

 

Es elegante y es fina

y bella como una flor

de esas que viste en el campo

con tanto mimo el Señor.

 

Su palabra siempre a punto

es melodiosa canción

que va dejando en los aires

los ecos de una oración.

 

Y sus gestos y ademanes

son de tanta perfección

cual conjunto de armonía

hecha por el creador.

 


PRUDENCIA




Pues yo me llamo Prudencia

hermana de Educación

soy el equilibrio mismo

en mi camino hacia Dios.

 

Soy serena como el alba

y de tanta discreción

como brisa que acaricia

los pétalos de una flor.


 

Y al mismo tiempo tan firme

como roca que en el mar

nunca han logrado sus aguas

que pudiera vacilar.

 

 

HUMILDAD

Yo soy la hermana pequeña



y mi nombre es Humildad

soy feliz de estar oculta

y en silencio trabajar.

 

Soy como fuente pequeña

que oculta en el matorral

va fecundando los campos

y haciéndolos germinar.

 

Y como abeja en su celda

que oculta allá en el panal

blanca cera y dulce miel

como regalo nos da.

 

Hasta mi virtud oculto

y al no verla los demás

se me juzga y califica

de corriente y de vulgar.

 

Mas yo quiero que mi gloria

sea solo para el buen Dios

y que llegue como incienso


hasta el altar del Señor.

 

 

DESPRENDIMIENTO

Soy una dama dichosa


porque tengo el corazón

desprendido de la tierra

y puesto sólo en mi Dios.


 

 

Cual torrente impetuoso

todo lo quisiera dar

ir inundando las almas


de paz, de amor y verdad.

 

Cuanto más voy entregando

es mi tesoro mayor

porque al dar hago vacío

para que me llene Dios.

 

Voy recorriéndolo todo

buscando siempre entrega

como nube que en la lluvia

ella misma se nos da.

 

 

SERVICIALIDAD

Yo me olvido de mi misma

pendiente de los demás

mi nombre lo saben todos

sólo  Servicialidad

 

Alerta como un vigía

puesto allá en el torreón

sabiendo que en mis hermanos

yo sólo sirvo a mi Dios.

 

Y no importa que el servicio

sea pequeño o sea mayor

pues la rosa y la violeta

dan la misma gloria a Dios.

 

En mi servicio yo pongo

alegría y prontitud

como los rayos del sol

lo baño todo de luz.

 

 

LEALTAD

Siempre alerta y muy sincera

pues me llamo Lealtad

como en las cumbres la nieve

conservo mi dignidad.

 

Soy como el camino recto

donde es fácil avanzar

el que camina por 

llega a Dios que es la verdad.

 

Soy valiente, decidida

dueña de mi libertad

porque nunca la doblez

me ha podido esclavizar.

 

Al servicio de mi reina

mi nobleza siempre está

alimentando la hoguera

de su ardiente caridad.


                                   CONCLUSIÓN

Cada persona es ese país, que el Señor quiere fecundar, para que en él pueda germinar los frutos de la gracia. Seamos dóciles a la acción del Espíritu Santo. Él, que es amor, implantará en la tierra de nuestro corazón esa gran reina que, secundada por su corte, logrará hacer de nosotros UNA BELLA ROSA DE CARIDAD. 

                                                  Mª del Carmen Díaz